20 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.

Éxodo 6

En el  Libro de Éxodo, el nacimiento de Moisés tuvo lugar   cuando   un   indeterminado   faraón   egipcio,   había ordenado a las parteras (comadronas) que mataran a todo varón  hebreo  recién  nacido,  pero  estas  por  temor  a  Dios, no  lo  hicieron  como  se  les  mandó  (Éxodo  1:15-17).  Según el mencionado libro, Moisés fue hijo de   Amram   (quien era miembro  de  la  tribu  de  Leví  y  descendía  de  Jacob)  y  su esposa,  Jocabed  (Éxodo 2:1; 6:20).

Moisés tuvo una hermana siete años mayor que él, Miriam, y un hermano tres años mayor que él, Aarón. Según el Libro de Génesis, el padre de Amram, Coat, llegó a Egipto junto con setenta miembros del grupo de descendientes de Jacob, por lo que Moisés era parte de la segunda generación de israelitas  nacidos  en  Egipto.  Ahora  bien  vamos  a  investigar quienes eran los padres de Moisés.

Amram Es mencionado en el Libro del Éxodo y considerado como  uno  de  los  cuatro  hombres  justos  delante  de  Dios. Jocabed cuyo nombre significa “Jehová es Gloria o Jehová es  Honor”  la  hace  ser  la  protagonista  de  una  historia  que marca  la  línea  generacional  del  pueblo  de  Israel,  ya  que muchos la consideran la madre de la nación judía. Pues trajo al mundo al que los libertó de la esclavitud egipcia y los forjó como  pueblo en el desierto. (Números 26: 59; Éxodo 2: 1-10,

Éxodo 6: 20).Amram y Jocabed (Éxodo 6:20) estaban muy unidos en la fe en Dios. He aquí la base fundamental de un buen, matrimonio.  Eran  un  hombre  y  una  mujer  de  oración,  de búsqueda de Dios constante, quienes en sus decisiones, se dejaban conducir por Dios y por su palabra. Era una esposa dada  por  Dios,  la  que  le  correspondía,  como  después  se confirmó,  estos  mostraron  una  verdadera  unidad  en  la  fe atravesando grandes pruebas.

“En aquel mismo tiempo nació Moisés” y en el nuevo testamento se menciona en (Hechos 7:20). Sus padres conocían la orden de Faraón: Todos los niños varones debían ser echados al Nilo. Entonces, ¿era el momento de arriesgarse para traer al mundo un hijo? Además, ya tenían dos hijos, una hija y un hijo de algunos años más. ¿No les bastaba? Sin embargo, estos padres aceptaron por la fe la llegada de un nuevo hijo como una bendición. ¡Y qué bendición! Moisés fue el hombre que debía hacer salir al pueblo de la cautividad y conducirlo al país prometido.

“Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses” (Hebreos 11:23). Éxodo 2 nos relata lo que después hizo la madre con la ayuda de su hija. En este pasaje no se menciona el padre. Pero en la epístola a los Hebreos se habla de la fe de los padres.

Lo primero que podemos resaltar de Amram y Jocabed, es que Dios ocupaba el primer lugar en sus vidas, y sin duda alguna sus tres hijos fueron impactados por la gran fe de ellos; cada uno cumplió el propósito de Dios en esta tierra. Y para nosotros, como padres y cristianos, debemos tener esto muy presente en todas nuestras acciones ya que los hijos serán impactados con testimonios y la confianza que tengamos en el Señor: “Y allí donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón” (Mateo 6:21).

En nuestros días, hacen falta que los padres consideren que la familia es lo más importante que tenemos. La bendición de Dios es la esencia familiar. Génesis 12:3 justifica que, por medio de los patriarcas, fueran bendecidas todas las familias
de la tierra. La descendencia similar a las estrellas del cielo  y a las arenas del mar, así como la garantía de la presencia divina, forman parte de las promesas teológicas primitivas (Gn 15,5; 28,15).

En este sentido, los hijos y las hijas son valorados como don de Dios muy estimados, Ellos son comparados a las FLECHAS que un guerrero tiene en las manos (Sal 127,4)

Pres. Manuel y Nayibe Da Conceicao

CENTRO DE AVIVAMIENTO CUADRANGULAR TÁCHIRA, VENEZUELA.